Hay veces que se me olvida lo pendejo que puedo llegar a ser. A meter las manos al fuego por un amigo, a gastarme todo el dinero con tal de compartir un buen ratito con alguien. A incluso a veces ver más por los demás que por mi mismo. Y para colmos parece que me encanta asolearse a lo bestia. Espero esto me quede grabado en la mente y en el cansancio de los pies para no andar haciendo estás pendejadas otra vez. A partir de qué estoy solo solo soy yo y lo demás tendrá su tiempo a su momento y al que no le guste que se busque otro pendejo que lo anteponga sobre sus pendientes.
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